En nuestro viaje por el sudeste asiático estamos teniendo la oportunidad de conocer algunas de las playas de estos países, y la verdad que lo estamos disfrutando mucho.
La mayoría de gente que viene a Myanmar no pasa por las playas ya que probablemente después vaya a las playas de Tailandia, pero en Myanmar hay muchas, poco explotadas que merecen la pena.
Nosotros nos decidimos por Ngwe Saung, es un pueblo costero bastante pequeño, al que hay que invertir tiempo porque no es fácil llegar. La playa luego no defrauda, kilómetros y kilómetros de arena, agua limpia y cristalina y aunque cada vez haymás resort y hoteles, respetan la primera línea de playa.
Como ir
Desde Yangon, salen todos los días buses cerca de la estación de tren. El precio de ida y vuelta es de 18.000 kyats, solo ida son 10.000. Suele haber uno por la mañana y otro por la noche. Fuimos con Asia Dragon, los buses estaban bien, lo malo es que no había por la mañana los días que queríamos y tuvimos que ir por la noche. Llegando a la playa a las 3.30 AM tienes la opción de hacer check in y pagar un poco menos de lo que vale la noche entera, o también como hicimos nosotros ir a dormir-ver amanecer a la playa. No fue tan grave, porque acabamos sentándonos en una escalera de un resort en la playa, a eso de las 4.30 AM, y teníamos 3 días para descansar. Así que vimos amanecer, dimos un paseo y desayunamos en un restaurante sin prisa para volver al hotel a las 11, y ya hacer el check in y bañarnos en la piscina.
Donde dormir
Nos alojamos en el hotel más barato que tenía piscina y con desayuno incluido (50 euros 3 noches, de lo más carito del viaje) Era el Lovers View.
La verdad que la habitación estaba guay aunque para tenía algún pero:
PROS
La piscina genial, las vistas y la habitación bien, el desayuno muy rico y contundente, elevado pero cerca de la playa.
CONTRAS
La ducha era de agua fría, por lo que después del atardecer daba un poco de pereza, no nos hicieron el cuarto en las 3 noches y sobre todo había muchos mosquitos y no tenían mosquitera. A mitad de la noche nos levantábamos a matar a todos los que podíamos, y era un poco incómodo. Ah! y el 2o atardecer que pasamos estuvo un poco empañado, porque parte del staff del hotel se dedico a poner música alta en altavoces portátiles, reggaeton y rap, aunque nosotros desde el «infinity» de la piscina conseguimos desconectar y disfrutar.
La ubicación también tiene pros y contras. Está bastante aislado, lo que permite disfrutar de la playa a tus anchas pero si quieres comprar algo para picar tienes menos opciones.
En caso de volver probablemente repetiríamos salvo que encontrarámos una oferta similar, pero con mucho repelente
Donde comer
Encontramos un sitio que nos gustó mucho para cenar y repetimos. Era el Yuzama Resort. Los precios eran baratos, en primera línea de playa y comida rica. Nos encantó el «pork curry in thick oil», razón por la que repetimos el 2o día, aunque aún escribiéndoles el pedido nos trajeron otra cosa. Difícil comunicarse con ellos, pero bueno, nos sirvió para probar nuevos platos.
También hay bastantes restaurantes locales, en la entrada y en la propia playa, con variedad de pescados. La verdad que no los probamos, pero estuvimos tentados de comer una langosta.
Que hacer
Se pueden hacer actividades, pero recomendamos pasear mucho por la playa y relajarse. Nosotros fuimos por el borde costero hasta el pueblo y son unos 5-6 km, que haciendo paradas y bañándose es genial. El día siguiente fuimos en la otra dirección y también fue genial. Playa y playa por todos lados y nadie, o casi nadie. Agua perfecta de temperatura, sin algas, pececillos y miles de cangrejos.
Cuando baja la marea se puede ir andando a Lover Island, tiene un mirador y rocas para hacer snorkel. Se puede alquilar moto y hacer excursión de día a otra playa más al norte, por la orilla del mar, unas 2-3 horas. También hay rocas con unos templos, chulo para unas fotos o atardecer.
Y se puede ver a las personas locales en la playa, siempre es curioso ver como se bañan con ropa (ellos pensarán lo mismo de nosotros) Casi siempre concentrados en la única zona con sillas de plástico y tenderetes. Suele coincidir con la zona donde hay un poco de basura.
Pero, sin duda, lo mejor disfrutar del «playón»