Vamos a contar lo que fueron las últimas horas en Vietnam. Una odisea, con final feliz, pero con momentos tensos…
Estábamos en Dien Bien Phu, al noroeste de Vietnam, ya llevábamos en Vietnam 14 días, y nuestro visado era de 15. Con la moto que habíamos comprado, nuestra intención era cruzar a Laos para continuar el viaje.
Para poneros en situación, la moto ha sido una experiencia genial, aunque no siempre nos ha dado alegrías. La moto no iba a más de 55 km\h, era de 110 c.c. e íbamos los dos con las mochilas. En los puertos se ahogaba y subíamos a 20-25 km\h. Pero ojo, ¡¡éramos felices, todo lo que pudimos ver y parar!!
Bueno, pues empezamos el día con calma. Nuestro planning era estar un día más y el día 15 cruzar la frontera, pero fuimos precavidos y decidimos dejar un día de margen, por si había algún problema.
Sobre las 10, después de desayunar, cambiar el aceite a la moto, echar gasolina y preparar todo pusimos rumbo a la frontera. Unos 50 km., los últimos de subida, con arena y piedras, pero sin sobresaltos conseguimos llegar al paso fronterizo.
Cuando llegamos muchos policías nos miraban raro, también miraban la moto (y debían pensar, ¡esta es como la que tenía mi abuelo hace tiempo! ¿Cómo han cargado esas «mochilacas» a los lados? ¿Cómo habrán llegado aquí?) Y como todo el mundo nos miraba raro, nos temíamos lo peor.
Fuimos con los pasaportes y la tarjeta de la moto al control. Un policía gordito y bajito, nos dijo, no moto, y nos dio un papel en el que ponía que los extranjeros no podían pasar con moto. Le preguntamos y preguntamos, pero ni nos miraba y se fue. Nos quedamos solos y con un problemón. Nos hicimos los locos y fuimos a preguntar a otro policía que nos mandó, de nuevo, con el gordito.
Teníamos que buscar opciones. No podíamos pasar. Le sobornamos? Nos colamos? Esperamos a que cambien de turno? De vez en cuando íbamos a preguntar, pero nos esquivaban… Tras 25 minutos intentando hablar con ellos, gracias al mapa y a través de gestos conseguimos que nos dijeran por donde podríamos pasar, a unos 500 km. ¡Ni de coña llegábamos! Eran las 12 de la mañana y serían unas 12 o 13 horas de viaje sin parar. Y eso, sí todo fuera llano y perfecto.
Intentamos hablar de nuevo con los policías, les preguntábamos si había alguna fee o tasa y nada. Así que, a la moto y de vuelta. ¡¡Ojo, que hacían su trabajo!! El único problema es que no nos hablaban ni respondían. Bastante antipáticos y maleducados.
Una horita después, llegábamos al hostal en el que nos habíamos alojado para «robar» un poco de WiFi. Cada uno en la moto iba pensando alternativas.
Lo primero fue poner la moto en venta en Facebook, y después recorrer la ciudad preguntando en los talleres si la compraban. Nos había costado 300$ y un señor, tras subir su amable puja, nos ofreció ¡¡50$!! Gracias generoso. Decidimos que estábamos perdiendo el tiempo.
Mientras, por Facebook, nos contactó un «empanao», diciendo que fuéramos a su hostal y nos la compraba. Era raro, porque habitualmente se compra en Hanoi, Ho Chi Min y con suerte en alguna ciudad turística, cosa que no es Dien Bien Phu. Después de investigarle, vimos que estaba en Ho Chi Min y no se enteraba. Otra opción menos. Así que cíao!
Decidimos ir hacia El Paso que según nos dijeron los «amables» agentes, sería por donde podríamos cruzar. A por ello, lleguemos cuando lleguemos y mañana rematamos lo que quede.
Ya en la moto, y atravesando unos paisajes increíbles, se nos ocurrió cambiar el rumbo e ir a Hanoi. Ahí podríamos extender el visado, o vender la moto. La distancia? La misma, unos 450 km. ¡A pegarnos la paliza! Esto lo decidimos, porque no estábamos seguros de si llegando a Mai Chau (desde donde íbamos a cruzar) volveríamos a tener problemas… En teoría se puede y mucha gente lo hace, pero no es del todo legal que un extranjero tenga una moto… Y si ahí no nos dejaban, nos la tendríamos que comer.
Pues eso, a Hanoi. Intentando ir rápido cruzamos un par de montañas. Vaya subidas. Nosotros con prisa, nerviosos y la moto a 20 km\h. Que no es poco. A las 18 pm, pasamos por un pueblo grande y decidimos ver si algún bus nos llevaba (a nosotros y a la moto). Y sin buscar mucho, casi de paso a la salida de la ciudad, dimos con la estación. Paramos a preguntar. Carmen entró y yo me quedé fuera, cansado, con la moto cargada y rezando para que nos llevaran, pero sin que fuera un atraco.
Enseguida, me preguntó uno que adonde íbamos, le dije a Hanoi, y me rodearon otros 15 tíos todos tocando la moto, las mochilas y hablando entre ellos. ¡Que agobio! negociar el precio de los 2 y la moto a la vez. Cuando ya a uno le dije ok, empezó a empujar la moto hacia el bus que estaba en frente, tuve que pararle y decirle que faltaba ¡¡mi mujer!! Corriendo entró en la estación a por Carmen, y salieron los 2 con cara de cabreo. Él, porque Carmen casi le mete tras cogerle el brazo varias veces, y Ella, porque el tío era muy pesado.
Al final, por menos de 18 euros, teníamos los 3 billetes. Ahora a meter la moto al bus, que iba a ir abajo en los compartimentos de equipaje normales. Sacamos las mochilas, quitaron la gasolina (por seguridad , bueno, más bien para venderla y sacar más dinero… Aunque lo hacen siempre. Pero, no nos dejaron ni una botellita…) y al bus.
Nos quedaba un trayecto de unos 250 km. por delante. Eran las 19 h. Llegamos a las 3:30!!, después de dar una vuelta brutal e ir muy despacio para intentar conseguir más pasajeros !!!Horrible!!! Y ahí estábamos, a las 3.30 de la madrugada en una estación de las afueras de Hanoi, sin reserva de hotel, ni… GASOLINA!! Otra odisea.
Montamos la moto, arrancamos y a los 20 m., se para. Estaba seca, seca. No había otra opción salvo empujarla, esquivando taxistas y gente que decía tener gasolina, de la que no nos fiábamos. Al fin llegamos a la gasolinera, pero estaba cerrada. Nada, no podíamos hacer nada.Y, ese mismo día teníamos que irnos de Vietnam. Se ponía interesante.
Apareció, bueno más bien escuchamos a un tío que nos llevaba siguiendo y hablando un rato, con unas uñas de 5 cm. que daba mucha grima, Él se ofrecía a ir a por gasolina y traerla en una botella. Nosotros estábamos en la puerta de un 24 horas, intentando conseguir algo. La gasolina más cercana estaba a 2 km, eran las 4 am, nadie en la calle, todo oscuro. No parecía buen plan intentar llegar.Tras otra negociación le dijimos que ok. Cuando volvió, nos dió las botellas de gasolina y nos intenta cobrar un poco más, le enseño 2 billetes diciéndole que solo tengo eso y se va…
Acabamos de echar la gasolina, la moto no arranca, y el colega ya estaba en su casa con nuestros 30.000 dongs (1 euro). Otro intento más, y nada… De repente, llegan 2 tipos nuevos, empiezan a tocar la moto, prueban y tras varios esfuerzos, la moto arranca!! Y aprovechamos para irnos.
La moto, petardeaba mucho, estaba claro que la gasolina no era 100% pura. Y a los 5 minutos, en dirección al centro, la moto se cala delante del camión de la basura. Tras otros 3 largos minutos conseguimos que vuelva a arrancar. Y a los 5 minutos de nuevo, otra vez lo mismo… Decidimos volver a una gasolinera por la que habíamos pasado, empujando la moto Lloyd egamos, pedimos que nos vacíe el deposito y lo llene de nuevo, pero se pone a tocar algo y parece que la moto va mejor. Le echamos un poco más de gasolina y sin parar al centro.
Claro, 4.15 am, todos los hostales y hoteles cerrados y nadie en recepción. Dimos con uno, en el que estaba el recepcionista durmiendo en el suelo. Carmen negoció con El, de 4.15 am a 10 am no puede costar lo mismo que el día entero !! Conseguimos una pequeña rebaja (tras cascazo en la mesa de Carmen) y a ducharnos. Eran casi las 5 am, publicamos en Facebook la moto, miramos info del visado y dormimos 2 horas. A las 8 ya en pie, salimos a desayunar y contestamos a 3 pretendientes para la moto.
Vimos que la extensión de la visa no aplicaba para nosotros, por lo que sacamos un billete de avión a Bangkok para la misma tarde, a las 20 pm. Teníamos hasta las 15 pm, como tope, para vender la moto.
A las 11.30 am quedamos con un chico australiano. Bajamos de la moto, le dejamos probarla y la moto no arranca… En fin, lo que faltaba!! Seguimos probando y no va… Nada, a empujar de nuevo a un taller que había cerca. El mecánico, en 2 minutos, hace algo y la deja perfecta. Estaba cortada la llave de la gasolina. En algún momento, una de las miles personas que tocó la moto, cerró esa llave (probablemente los problemas de la noche fueron esos, independientemente de que la gasolina no fuera pura…). Nuestro amigo se fue a dar una vuelta para probarla, le gusto, saco el dinero y nos pagó!!!
SOLUCIONADO!!! Teníamos la moto vendida, billetes de avión y 2 horas para despedirnos de Hanoi. Fue el fin de nuestra moto, que ahora añoramos… Hemos pasado por alto algún personaje más de ese día, pero les llevamos en el corazón