Éste es el diario de nuestro viaje por carretera durante cuatro días a lo largo de la costa de Uruguay, desde Punta del Diablo, pasando por Cabo Polonio, Punta del Este, Colonia Sacramento y Montevideo.
Día 1
Partimos de Santiago de Chile sobre las 8 de la mañana y dos horas después aterrizamos en Montevideo; los primeros minutos de vuelo resultaron espectaculares porque al estar el cielo completamente despejado pudimos ver perfectamente la Cordillera de los Ande. La verdad es que resulta imposible despegarse de la ventanilla y dejar de observar la interminable sucesión de valles y picos nevados dominados por el Aconcagua que poco a poco desciende de altura y se convierte radicalmente en tremenda llanura que, paulatinamente, se verdea. Recorremos el cielo argentino observando sus números ríos, serpenteantes, hasta que llegamos al Río de la Plata, que nos da la bienvenida a tierras uruguayas.
Debido al poco tiempo que teníamos, pensamos que la mejor manera de movernos por la costa de Uruguay era un coche, por lo que alquilamos uno en el aeropuerto con un mayorista, CarFlexi.
Decidimos, además, empezar el viaje por el punto más alejado de Montevideo que queríamos visitar, Punta de Lobos, así que partimos hacia allí por la ruta IB. A poco más de una hora (y dos peajes) se encuentra Pan de Azúcar, donde tomamos el desvío hacia Punta del Este; quizá acceder por el Sur de la ciudad y recorrer la rambla que bordea la playa de Las Delicias hizo que este conocido balneario repleto de turistas durante el verano nos resultara bastante agradable y nos sorprendiera gratamente. Continuamos por la Rambla del General José Artigas bordeando la Península hasta llegar a playa Brava, donde se ubica la célebre escultura de La Mano, también llamada Los dedos u Hombre emergiendo a la vida, obra del chileno Mario Irarrázabal que se ha convertido en el símbolo de la ciudad.
Los dedos apenas sobresalientes nos despiden y nosotros proseguimos nuestro road-trip por la ruta 39 hasta San Carlos, donde nos detuvimos a comprar queso y dulces para el trayecto de unas dos horas que nos separa de Punta del Diablo.
Llegamos a media tarde a este tranquilo pueblo costero que recibe su nombre por la forma de tridente que dibujan sus playas, donde conviven surfistas y pescadores. Paseando por la Playa del Rivero llegamos a Playa Grande, puerta de acceso al Parque de Santa Teresa y bonito lugar para disfrutar de la puesta de Sol. Ya que habíamos probado los alfajores a lo largo del día, buscamos un lugar donde cenar buena carne y encontramos el Resto Bar 70, un pequeño local decorado con placas retro en el que disfrutamos de una riquísima milanesa y una hamburguesa. Muy recomendable. Pasamos la noche en una pequeña cabaña para dos llamada el Mono Verde, que habíamos encontrado en Booking; lo mejor era la pequeña terraza por la que se accedía al alojamiento, con vistas al oceáno. Lástima que no nos quedáramos más tiempo allá, pues resultaba ser un lugar idóneo para relajarse y descansar y hacer un pequeño asado en la parrilla individual con la que cuenta.
Día 2
Antes de marcharnos de Punta del Diablo, anduvimos por el pueblo pasando por los puestos de pescadores, el mercadillo de Artesanía con productos hechos con elementos marítimos autóctonos y una zona rocosa en la que se encuentra un monumento a Artigas.
Nuestra siguiente parada fue Barra de Valizas, una encantadora aldea costera a la que se llega desde la ruta 9 tomando el desvío en Castillos hacia aguas Dulces. El paisaje que se contempla nos resultó demasiado extraño, pues rebaños de vacas pacían en campos llenos de palmeras.
La razón de ir a Barra de Valizas no era otra que dejar el coche allí aparcado y llegar a Cabo Polonio; en el extremo sur de la playa unos lugareños ofrecen sus barcas para cruzar el arroyo de Valizas por 20 PESOS por persona.
Desde allí, comenzamos una caminata de entre 8 y 10 km atravesando las altas dunas que separan ambas localidades. A la izquierda, el océano aparecía y desaparecía tras las formaciones arenosas mientras que a la derecha siempre se divisaban los verdes bosques del Parque Nacional de Cabo Polonio. A lo lejos, de repente apareció el faro del pueblo, declarado monumento histórico en 1976 que ya no se oculta hasta que llegamos a sus calles. Como es sabido, se trata de un lugar sin alumbrado público, agua caliente y onda hippie, habitado por artesanos y pescadores principalmente. tras tomarnos unas empanadas en la playa, iniciamos el camino de vuelta a Barra de Valizas, esta vez bordeando la playa.
La anécdota divertida del viaje se merece un post que publicaremos en unos días.
Día 3
La mañana de nuestro tercer día en Uruguay la pasamos en Colonia Sacramento, ciudad con un bonito casco histórico en el que han dejado huella portugueses y españoles; fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. Quizá el atractivo turístico que más nos gustó fue la célebre Calle de los Suspiros, romántico pasaje flanqueado por antiguas construcciones que conserva los adoquines originales de la época colonial donde parece haberse detenido el tiempo. Otros puntos de interés son la antigua muralla, el faro, las ruinas del Convento de San Francisco Javier, las ruinas de la casa del gobernador y la Basílica del Santísimo Sacramento.
Tras nuestro paseo por Colonia, reanudamos nuestro camino a Montevideo. El acceso desde la Ruta 1 ofrece la cara industrial de la capital uruguaya.
El primer barrio que visitamos de Montevideo fue Pocitos, en cuya playa se localizan las famosas letras donde toca sacar la foto de rigor. A la tarde, los altos edificios residenciales que bordean la playa sombrean la arena, por lo que resulta agradable tumbarse a descansar un rato.
Más tarde, por el bulevar España llegamos al parque Rodó, un lugar con mucha onda, mucha gente jugando, leyendo o deambulando por una pequeña feria ambulante de artesanía. Desde ese parque nos dirigimos al Centro caminando por la Rambla de la República Argentina, paseo al que acuden los montevideanos con su célebre matera y termo bajo el brazo para disfrutar del atardecer.
DÍA 4
Durante nuestro cuarto y último día en Uruguay recorrimos las zonas más relevantes de Montevideo:
Palacio Legislativo
Avd. del Libertador Brigadista Gral. Juan Antonio Lavalleja, hasta la plaza del ing. Juan Pedro Fabini, donde se cruza con la Avd. 18 de Julio
Plaza de la Independencia
Calle Sarandí > Plaza de la Constitución ( Basílica Metropolitana)
Calle Pérez Castellano
Mercado Central
Plaza Zabala